La Respiración Consciente es una técnica de autosanación que ayuda a las personas a acceder a todo el potencial de su sistema respiratorio para mejorar su bienestar físico, emocional y mental.
Podemos pasar días sin agua ni comida, pero no podemos pasar más de un par de minutos sin respirar.
Unos pocos minutos sin oxígeno son suficientes para destruir la capacidad del cerebro de procesar la información entrante para siempre.
No vayas a creer que este post va de recordarte que no te olvides de respirar ¡Ja! Doy por hecho que lo haces.
Pero no sólo es vital QUE respiremos, sino también CÓMO lo hacemos.
Lo que vengo a proponerte es que a este proceso inconsciente que te mantiene vivo lo dotes de consciencia para estar mejor en todos los aspectos personales, y en tu vida en general.
Porque si tú estás bien, por añadidura, todo rueda mejor.
Si la forma en que respiramos está ligeramente desequilibrada, con el tiempo sufrirás consecuencias negativas, ya que ¡nos la pasamos respirando todo el día y todos los días de nuestra vida!
Como seres humanos, acumulamos tensión dentro de nuestro cuerpo y al hacerlo creamos bloqueos físicos, mentales y emocionales.
¿Qué emociones sientes que se están encastrando en el cuerpo? ¿Cuáles son las que más se manifiestan físicamente?
Por ejemplo, la ira, el miedo y la ansiedad tienen una fuerte actividad en la zona del pecho y la parte superior del cuerpo. Esto explica esa sensación que puedes tener a veces de que «llevas el peso del mundo sobre tus hombros» o “que cargas una mochila muy pesada”
Una forma de lidiar con estos sentimientos difíciles es la práctica de la atención plena, atención a lo que se piensa, siente y percibe en el momento presente sin juzgar esos pensamientos y sentimientos como buenos o malos.
Y la forma más sencilla, efectiva y al alcance de todos, es centrar la atención en la propia respiración, una práctica que se denomina, sencillamente, respiración consciente.
La práctica de respiración consciente es una técnica natural, segura y muy fácil de aprender. Esta técnica ayuda a liberar los bloqueos y a transformar tu vida y tu energía.
¡VAMOS A ELLO!
Cómo hacerlo
La forma más básica de realizar la respiración consciente es simplemente centrar tu atención en la respiración: en la inhalación y la exhalación.
Puedes hacerlo hasta de pie y con los ojos abiertos, aunque lo ideal es que estés sentado o incluso tumbado en una posición cómoda y con los ojos cerrados porque esto favorece la concentración.
¿Ves que sencillo y al alcance de tu mano? No precisas objetos, ni lugares especiales. Sólo tu atención y tus pulmones.
No te asustes si la primera vez sientes un mínimo mareo. Es normal ¡Te estás oxigenando!
Puedes practicar la respiración consciente puntualmente cuando te sientas estresado o ansioso por una situación. Aunque mi recomendación es que reserves un tiempo determinado para este ejercicio cada día.
La práctica regular de la respiración consciente te llevará a dominar la técnica y se te hará mucho más fácil su realización cuando la necesites para enfrentar situaciones difíciles. Además, es un ejercicio diario que repercute de manera positiva en tu capacidad de concentración y mejora tu productividad.
Mientras practicas, puede que tu mente divague, distraída por pensamientos o sensaciones corporales. No pasa nada. Sólo tienes que darte cuenta de que esto ocurre y volver a centrar tu atención en la respiración.
EL PASO A PASO
- Busca una posición relajada y cómoda. Puedes estar sentado en una silla o en el suelo sobre un cojín. Mantén la espalda erguida, pero no demasiado tensa. Apoya las manos donde te resulte más cómodo. Deja descansar la lengua, que se separe del paladar, y su propio peso casi separe tus labios. Así tendrás las mandíbulas relajadas.
- Observa y relaja tu cuerpo. Intenta notar la forma de tu cuerpo, su peso. Permítete sentir curiosidad por las sensaciones que tu cuerpo experimenta, el tacto, la conexión con el suelo o la silla, la temperatura. Relaja cualquier zona que esté tensa. Respira.
- Sintoniza con tu respiración. Siente el flujo natural de la respiración: dentro y fuera. No necesitas hacer nada con tu respiración. Ni larga ni corta, simplemente natural. Fíjate en qué parte de tu cuerpo sientes la respiración. Puede ser en el abdomen. Puede ser en el pecho, en la garganta o en las fosas nasales. Cuando una respiración termina, comienza la siguiente.
- Sé amable con tu mente errante. No te frustres si, mientras haces esto, tu mente empieza a divagar. Puedes empezar a pensar en otras cosas. Si esto sucede, no es un problema. Es muy natural. Simplemente nota que tu mente ha divagado, acéptalo. No te resistas. Puedes decir «pensando» o «divagando» en tu cabeza suavemente. Y luego, suavemente, vuelve a dirigir tu atención a la respiración.
- Quédate aquí de cinco a siete minutos. Con el tiempo te quedarás más. Observa tu respiración, en silencio. De vez en cuando, te perderás en los pensamientos, y luego volverás a la respiración.
- Comprueba que estás dentro antes de salir. Cuando sientas que has acabado no salgas de este estado de manera brusca. Antes de romper la posición vuelve a notar tu cuerpo, todo tu cuerpo, sentado aquí. Déjate relajar aún más profundamente y luego ofrécete un poco de agradecimiento por haber hecho esta práctica hoy. Mueve primero tus manos, luego tus pies y, recién entonces, incorpórate con cuidado.
Después de practicar la respiración consciente durante un tiempo, es posible que te resulte más fácil centrar la atención en tu respiración en tu vida diaria, aunque estés en el trabajo o con mucha gente alrededor.
Y, cuando lo consigas, habrás desarrollado una habilidad importante que te ayudará a lidiar con el estrés, la ansiedad y las emociones negativas, a calmarte cuando te enfades y a agudizar tus habilidades de concentración.
Te invito a comenzar tu primera sesión de respiración consciente ahora mismo. Sólo mira la imagen que hay a continuación y haz lo que te indica. Inhala, mantiene, exhala ¡DISFRUTA!
Muchas Gracias.